Este compuesto es ampliamente utilizado en la fabricación de resinas, adhesivos y productos de madera, como paneles de aglomerado y muebles. Su capacidad para polimerizar lo convierte en un agente de unión esencial en la industria de la madera y en la fabricación de productos de fibra de vidrio.

Además de su aplicación en la industria manufacturera, el formaldehído se utiliza como desinfectante y conservante en productos biológicos y médicos, como tejidos, vacunas y soluciones para embalsamar. Su acción bactericida y fungicida lo convierte en un agente eficaz para preservar la integridad de muestras biológicas y materiales médicos.

Sin embargo, el formaldehído también ha sido objeto de preocupación debido a sus posibles efectos adversos para la salud humana y el medio ambiente. La exposición prolongada o a concentraciones elevadas de formaldehído puede causar irritación en los ojos, la nariz y la garganta, así como problemas respiratorios y dermatitis.

Debido a su potencial toxicidad, se han establecido regulaciones y normativas para limitar la exposición al formaldehído en entornos laborales y en productos de consumo. Además, se han desarrollado tecnologías y métodos de control para reducir las emisiones de formaldehído en la producción industrial y en la construcción de edificios.