Medidor Portátil de pH para Análisis de Cerveza – HI99151

En el proceso de elaboración, las enzimas requeridas para convertir el almidón en azúcar son sensibles al pH con un rango de pH óptimo entre 5.2 pH y 5.6 pH. Se utilizan diferentes compuestos para ajustar el pH incluyendo el ácido fosfórico, el ácido láctico y el yeso. La claridad del mosto y la quiebra de estabilidad también se ven afectadas por el pH. La coagulación de la proteína se produce durante la ebullición del mosto, donde el pH óptimo es de alrededor de 4,9, a pesar de que un pH de ebullición común es de 5,2. Un pH demasiado alto no solo inhibirá la coagulación, sino que también promoverá que se torne de un color pardo debido a la interacción de los aminoácidos y los azúcares reductores. La utilización del lúpulo durante la ebullición del mosto también se ve afectada por el pH. A medida que aumenta el pH, la solubilidad de las resinas de lúpulo aumenta. Desafortunadamente para los amantes del lúpulo, un pH alto también aumenta la liberación de taninos dando como resultado un sabor más amargo. Un pH más alto también favorece la actividad microbiana elevada. Como catalizador vivo, la levadura mantiene un pH alrededor de 6.5 dentro de sus células, sin embargo, la preferencia es habitar en un ambiente más ácido. Durante la etapa de fermentación, el pH debe ser menor para acomodar la levadura y también para asegurar la estabilidad microbiana y el sabor constante de la cerveza. Un rango óptimo de pH durante la fermentación está entre 4.1 y 4.3 pH.